jueves, 5 de julio de 2012

Mi vecino

Subo siempre en ascensor los 14 pisos que hay desde el garaje a mi piso. Son casi 5 minutos muertos que día tras día recorro para salir de mi casa, per me encanta subirlos con mi vecino, que me pone tan cachonda solo con verle hace que esos 5 minutos se hagan interminables sintiendo como mi vagina se humedece y me excito intentando que no se me note delante de él. Hubo un día en que no pude más. Subí al ascensor después de aparcar mi coche y cuando se está cerrando la puerta, él la abre y aparece con una camiseta ajustada marcándose todos sus músculos y unos vaqueros que marcaban su paquete. Mi mirada recorrió todo su cuerpo mientras él entraba y me saludaba con un "Hola vecina!". Yo ya me estaba excitando, el calor me subía desde la vagina hasta la cara. Decidí pasar a la acción.

Mi mirada lasciva recorrió todo su cuerpo mientras me desabrochaba un botón de la camisa. Se fijo en mis pechos, el sujetador asomaba por la camisa. Su mirada no podía apartarse de mis pechos. Me acerque a é, le empecé a tocar la entrepierna y su bulto crecía según pasaba mi mano por encima de su pantalón Su lengua penetro en mi boca muy fuerte. Me agarro con sus fuertes brazos y mis pechos rozaban con sus pectorales. Me empujó contra la pared del ascensor mientras bajaba su mano por mi espalda hasta mi culo y subía mi pierna para que mi coño se rozara con su polla, que se ponía dura por momentos.

Me excitaba tanto que mi vagina estaba muy húmeda. Sentía crecer mi clítoris dentro de mis bragas mientras su polla lo rozaba. Metió su mano por mis bragas y comprobó lo húmeda que estaba. "Estas muy mojada, me voy a comer toda tu vagina", me dijo susurrándome al oído. Me empezó a meter los dedos y empezaba a gemir, me volvió a meter la lengua en la boca para acallar mis gemidos.

En ese momento se abrieron las puertas del ascensor. Habíamos llegado a nuestro piso. Me saco del ascensor sin sacar su lengua de mi boca. Me había abierto toda la camisa y levantado la falda, así que estaba casi desnuda en el descansillo y los vecinos nos podían ver, lo que me excitó más todavía. Le empuje hacia la pared y metí mi mano por sus pantalones. Su polla dura quería salir de allí. Abrió la puerta de su casa y me tiro sobre el sofá. Se quitó la camiseta y sus pectorales y abdominales me pusieron más cachonda. Sus músculos me empujaron sobre su sofá mientras me quitaba la camisa y me chupaba las tetas, que estaban prácticamente fuera del sujetador.

Se abrió los pantalones y la polla asomaba por sus calzoncillos ajustados. Me quitó la falda y metió sus dedos por mis bragas mientras seguía comiéndome las tetas que ya salían por el sujetador. Sentía como sus dedos penetraban mi vagina y mis gemidos subían de volumen. Solo quería que me clavara su polla bien dentro de mis entrañas.

Se levantó y me miraba con ojos que me decían "Golfa te voy a follar tanto que no te podrás levantar del sofá". Me quite el sujetador y las bragas, que estaban llenas de mi fluido. Me quedé totalmente desnuda delante de él mientras él me seguía devorando con la mirada y se quitaba los pantalones y las zapatillas. Sólo tenía los boxes ajustados por los que asomaba su capullo. Deseaba comérmelo y no podía dejar de mirarlo.

Se acercó a mí, quedando su polla a la altura de mi cara. No dude en chupársela. Me la metí en la boca y se la empecé a chupar tan fuerte que no podía dejar de gritar. Me agarró del pelo para poder controlarme, pero no podía. Me tiraba del pelo tan fuerte que yo se la chupaba más fuerte todavía. Mis dedos se metían en mi vagina. Cuando consiguió que sacara su polla de mi boca se agachó y me empezó a chupar el clítoris. Con sus dientes mordiéndome el clítoris tuve mi primera corrida que no dudo en chupar y metérmela en la boca con su lengua.

Siguió chupándome el coño muy húmedo y a meterme los dedos por el culo. Mis espasmos de placer se hacían cada vez más fuertes. No quería que se escapara de mi vagina, mis piernas le aprisionaban para que siguiera chupando. Cuando le permití que me dejara de chupar, me metió su dura polla tan fuerte que di el mayor grito que había dado en mi vida. Sentir ese duro miembro salir y entrar de mi vagina era tan placentero que estaba perdiendo el control y sólo él podría encontrar mi fin.

Antes de que nos corriéramos me metió su polla por el culo, sentir su cálido y sudoroso cuerpo detrás de mí mientras me metía los dedos en mi vagina hacia que perdiera el sentido. De nuevo volvió a meter su gran miembro en mi vagina y ya no paró hasta que me volví a correr. Pasó
sus dedos por mi corrida y se los chupó. Yo cogí su polla y se la volví a chupar hasta que se corrió dentro de mi boca y grito de placer. Mi boca se lleno de su leche caliente que saboreaba con lujuria. Nos quedamos desnudos en su sofá, agotados de tanto placer que nos habíamos dado.

Me vestí, le comí la boca y me fui a mi piso. Ahora los viajes en el ascensor no son pérdidas de tiempo, sobre todo si él está ahí.